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Ucrania 10 años de guerra

Por Carlos Medina Viglielm

Los europeos se molestan, sufren las consecuencias de la guerra en Ucrania, a la cual fueron llevados de las narices por los EEUU, otra vez en su propio territorio, otra vez arriesgando todo (desabastecimiento, encarecimiento de la energía y los comestibles), pero, parece que todavía no han entendido nada.

El diario Público de Madrid ayer (Zargoza 23 2 24), publicó un par de artículos sobre el tema, firmados por Eduardo Bayona. No se entiende bien si le pagan para mentir o publicar estupideces o, tal vez no, tal vez sea no más un estúpido con aspiraciones de sabihondo que disfruta complaciendo al presidente Sánchez y a su ministra de Defensa Margarita Robles, dos perritos que mueven la cola a su amo, los EUA, antes de que éstos siquiera les envíen a Tony Blinken o Jen Stoltemberg.

Dice Bayona:

Las otras consecuencias de la guerra de Ucrania que repercuten en los bolsillos de los españoles”

¡Bien!! Bayona se ha dado cuenta de algo. Y continúa:

“Las consecuencias de la invasión rusa y de las maniobras especulativas desatadas a su estela acumulan ya dos años de intenso impacto en unas economías familiares que se han visto obligadas a modificar sus patrones de consumo.”

“Las maniobras especulativas desatadas a su estela” ¡Elegante escritura!!

“En unas economías familiares que se han visto obligadas a modificar sus patrones de consumo.” ¿Querrá decir Bayona que a causa de la guerra montada por los EUA contra Rusia han subido los  precios al consumo?

Luego Bayona hace alarde de su conocimiento de frases famosas respecto a la guerra.

«En la guerra no hay soldados ilesos», tiene dicho el escritor argentino José Narosky, hijo de padre lituano y madre ucrania, en un aforismo que venía a completar aquel otro en el que el humanista francés Jean Paul Sartre advertía de que «cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren».

“Ambos fueron formulados antes de que, con la Primera Guerra del Golfo, se extendiera el uso de un término como daño colateral, el repugnante término con el que los responsables del ejército estadounidense se referían a las víctimas civiles de sus bombardeos, de su guerra.”

¡Ah! Bayona conoce el “repugnante término con el que los responsables del ejército estadounidense se referían a las víctimas civiles de sus bombardeos, de su guerra.”

Por último, parece que Bayona a cobra impulso diciendo:

“A caballo entre los tres conceptos se encuentran desde hace algo más de dos años los consumidores europeos, cuyas economías familiares vienen sufriendo una derivada económica en forma de alza de precios, especialmente intensa en el caso español, que los sitúa como damnificados de las pretensiones energéticas y comerciales de Rusia que se hallan en la base de la invasión de Ucrania.”

Bayona entiende lo que pasa, sabe quiénes son los responsables de la deriva económica pero, la culpa la tienen los rusos.

Señor periodista Bayona: ¿De dónde saca Usted eso de “las pretensiones energéticas y comerciales de Rusia que se hallan en la base de la invasión de Ucrania.”

Rusia no ha tenido ninguna pretensión energética. Los productos energéticos como el gas, le sobran. Por eso pudo abastecer durante años a Europa con gas a bajo costo. Hasta que la CIA, cumpliendo con las amenazas del presidente Biden y con ayuda de Noruega, llevó adelante el sabotaje terrorista contra los gasoductos subacuáticos Nord Stream el 26 de septiembre de 2022 en el Mar del Norte.

En la base de la invasión de Ucrania están las intenciones de expansión de la OTAN para llevar armamento a la misma frontera rusa. Y eso comenzó en febrero del 2014, no hace dos sino diez años, con el golpe de Estado contra  el presidente de Ucrania Viktor Yanukovich,  orquestado por la OTAN y los EUA para colocar más tarde como presidente a Vlodomir Zelensky, un cómico de la televisión.

El principal beneficiado de la guerra en Ucrania es EEUU que produce y vende armas (y las prueba contra blancos vivos) y gas extraído por frakning, mucho más caro que el gas ruso. EEUU gana también porque agitando el fantasma de la guerra, ha empujado a sus socios, como España, a aumentar las inversiones en armas (que proveerá Estados Unidos).

El “trabajo” de Bayona culmina:

“Los datos de varios organismos como la CNMC, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, del INE (Instituto Nacional de Estadística) y de OMIE, el Operador del Mercado Ibérico de Electricidad, dejan pocas dudas acerca de cómo han aumentado los precios de algunos productos básicos desde las vísperas de la guerra de Ucrania.”

Sabiendo y exponiendo todo, Bayona miente confundiendo a los lectores, deshonrando el sagrado oficio del periodismo.